“Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse tirando del asa”. – Winston Churchill
“Cuanto mayor sea el porcentaje de renta nacional que absorban las cargas fiscales, tanto mayor será la disuasión ejercida sobre la producción y la actividad privada” – Henry Hazlitt
En el post de esta semana, hablaremos de uno de los mitos económicos más frecuentes. Seguro que lo has escuchado: las obras públicas no incrementan las cargas fiscales. Vamos a desmontar este tipo de sofismas de manera clara para que lo entiendas a la perfección. ¿Te lo vas a perder?
1. Introducción
Todo lo que obtenemos o hacemos en esta vida debe ser pagado de una u otra manera. Si acudes al dentista, pagarás lo correspondiente a tu dentista por sus servicios. En caso de ir al supermercado, pagarás por los bienes que compres. Si fumas, pagarás con una pérdida de salud. Sin embargo, cuando entramos en materia política, parece que esta regla ya no prevalece. Escuchas los discursos de la mayoría de políticos, y aparte de darte cuenta del bajo nivel de conocimientos de éstos, tienes la sensación de que creen que los bienes y servicios son gratis. Aseguran que se puede gastar y gastar sin tener que recurrir a una subida impositiva; y que pueden incrementar la deuda sin consecuencias para la economía. Como mucho, dirán que le subirán los impuestos a los ricos para pagarlo. Típica frase populista que cualquiera con nociones básicas de economía sabe que es mentira. ¿Por qué? Básicamente, porque la recaudación sería muy insuficiente y porque provocaría una fuga de capitales y una desincentivación a producir e invertir en el país.
El mundo se mueve a base de incentivos. Si no hay incentivos a prosperar, la economía se hunde. ¿Tú montarías una empresa si te asfixian a regulaciones e impuestos? ¿trabajarías si el Estado te da un Ingreso Mínimo Vital? ¿tú aspirarías a montar tu propia empresa o preferirías trabajar de funcionario, con un horario excelente, con estabilidad para toda la vida y con vacaciones considerables? Quizás tú hayas respondido que sí a todas las preguntas. Sin embargo, la realidad es que para millones de españoles la respuesta es NO.
2. ¿Por qué las obras públicas incrementan las cargas fiscales?
La realidad es que cada euro que el gobierno gasta, procede o procederá inexcusablemente de un euro obtenido a través de los impuestos. Cuando miramos este asunto teniendo en cuenta esto, parece que las cosas cambian. Quizás, no tragaríamos tanto con el despilfarro que hace la clase política, mientras los impuestos no hacen nada más que subir y subir. Además, dejaríamos de parecer deficientes mentales al afirmar que la educación y la sanidad pública española son gratuitas.
3. Obras públicas para combatir el paro
Otra típica “gran” medida política es defender las obras públicas para combatir el paro. De esto ya hablamos en un artículo, haciendo referencia al Plan E de Rodríguez Zapatero y sus desastrosos resultados. Puedes leerlo aquí. A continuación, desarrollaremos más este punto.
Lo primero que hay que explicar es que cuando se construye algo debido a que existe una demanda pública insistente y necesaria no hay nada que objetar. Puede ocurrir que una obra pública sea más necesaria que las cosas en las se gastarían el dinero los contribuyentes si tuviesen el dinero que les fue detraído mediante impuestos. El problema viene cuando se construye para “proporcionar trabajo”. En el momento en el que proporcionar puestos de trabajo se convierte en finalidad, la necesidad de la obra pasa a ser una cuestión secundaria. Por tanto, los proyectos se deben inventar y el dinero que fue detraído de los contribuyentes pasa a estar destinado a cosas sin ninguna utilidad real. Seguro que puedes pensar en cientos de obras en tu pueblo que todavía no sabes por qué se hicieron. Y recuerda que las obras públicas incrementan las cargas fiscales. Por lo que a fin de cuentas, acabas pagando por cosas inútiles.
El resultado final es que un grupo determinado de obreros se beneficiará de la obra. Sin embargo, la obra se construirá a costa del dinero del contribuyente. De manera que, por cada euro gastado en el puente, habrá un euro menos en el bolsillo del contribuyente, ya sea en el presente o en el futuro. (Recuerda que la deuda se debe pagar).
3.1 Ejemplo
Si una rotonda (construida simplemente para proporcionar trabajo) cuesta 1 millón de euros, los contribuyentes habrán de abonar 1 millón de euros. El resultado será que los contribuyentes se encontrarán sin una cantidad que de otro modo hubiesen empleado en las cosas que ellos SÍ necesitaban.
Como decía Henry Hazlitt, la labor del buen economista es considerar los efectos más lejanos de cualquier medida económica, y no simplemente sus consecuencias más inmediatas. Además, debe calcular las repercusiones de tales políticas no solo sobre el grupo beneficiado, sino también sobre todos los sectores de la economía.
En este caso, la gente ve como los obreros están trabajando, gracias al “bondadoso” y “gran” Gobierno que ha decidido construir para dar trabajo. Lo que la gente no ve son las cosas que ese dinero detraído de los contribuyentes ha impedido crear. La gente ve la majestuosa obra pública creyendo que no le ha costado dinero. Lo que no ven son las casas que no se construyeron, los coches que no se fabricaron o los vestidos y camisas que no se compraron. El resultado es que el dinero hubiese estado mejor en el bolsillo de los contribuyentes. ¿Por qué? Pues porque muchos de ellos, hubiesen tenido más capacidad de ahorro y otros muchos lo hubiesen gastado en cosas que sí necesitaban, estimulando más la economía.
4. Conclusión sobre por qué las obras públicas incrementan las cargas fiscales
La conclusión debe ser clara y concisa: todo tiene un precio y nada viene de la nada. Las obras públicas incrementan las cargas fiscales. Si se construye algo, el dinero procede de los contribuyentes. Del mismo modo, que con la Sanidad o la Educación pública. El dinero no sale de los árboles, procede de todos los contribuyentes del país, ya sea pasados o futuros. Recordemos que cada niño que nace en España, lo hace con una deuda de 30.000€ aproximadamente.
Mi opinión es que la mayoría de las veces, el dinero donde mejor está es en el dinero de los ciudadanos. Cuando los políticos tienen el poder para hacer con nuestro dinero lo que les da la gana, se fomenta la corrupción y la destinación de dinero a actividades innecesarias y poco eficientes.
¡Espero que os haya gustado!